GenshinData-1/Readable/ES/Book247_ES.txt

“Pero ¿qué ganan los demás si las ambiciones del Sr. Sher se vuelven realidad?”.
La ministra de asuntos militares Frances observa el mar de estrellas frente a su ventana. La galaxia y los astros emiten una luz pálida sobre su rostro y se reflejan al recorrer lentamente sus cabellos.
No puede evitar recordar la primera vez que vio ese vasto océano de estrellas desde esta misma ventana, pero ha olvidado el asombro que sintió en aquel entonces. Los recuerdos de su tierra natal, a cientos de años luz de ahí, se han tergiversado y quedado en el olvido.
“Su Excelencia, perdone si lo que voy a decir está fuera de lugar, pero esta guerra ha durado mucho tiempo. Hemos peleado con incontables constelaciones, y hemos acabado con decenas de millones de vidas por medio de todo tipo de planes y medios, y nos hemos convertido en alcaldes y emisarios de constelaciones desconocidas, todo para hacer realidad el sueño del Sr. Sher. Sin embargo, ¿qué hemos obtenido nosotros de todo esto? Nuestros enemigos ocupan todos los rincones de la galaxia y no dejan de crecer en número. ¡Un día terminaremos engullidos por ellos...!”.
“La visión de mi hermano es la de un imperio eterno, un imperio que no sabe lo que es el miedo o la carencia. Los menos ya no dictarán el destino de los más, nadie será considerado más importante que otro, y los desamparados ya no serán considerados criminales. Los enemigos que no puedan comprender esta visión caerán por el peso de su propio destino”.
La princesa Geppeta sacude la cabeza. Su voz es amable y fría a la vez.
Al parecer, el asalto antiguerrilla en la constelación no solo cobró su brazo y su ojo, sino también la alegría y la risa que antes emanaban de ella.
“Creo en la decisión de mi hermano. No es alguien que tome decisiones para beneficio personal, así que no vuelvas a hablar así de él”.